Volvieron los teléfonos plegables y los ladrillos Nokia. ¿La Generación Z le está dando la espalda a la tecnología?
La Gen Z adopta teléfonos plegables para replantear su vínculo con la tecnología, equilibrando el uso digital con la privacidad de datos. Con decisiones conscientes, están moldeando el futuro digital según sus propias reglas.
En un giro sorprendente, los jóvenes están usando “teléfonos tontos" otra vez. Pero no se trata de un nuevo ludismo. Es un reflejo de cómo la Generación Z está repensando su relación con los teléfonos inteligentes, las redes sociales y sus datos personales.
¿Se acuerdan de los viejos celulares Nokia? ¿Esos pequeños ladrillos que solo servían para enviar mensajes de texto y realizar llamadas?
Aunque no lo crean, volvieron a estar de moda entre los jóvenes. Según un estudio reciente, desde la pandemia, las ventas de “teléfonos tontos” crecieron un 148% entre usuarios de 18 a 24 años.
Son celulares sin navegadores o redes sociales. Y para muchos jóvenes, sirven para llevar adelante un detox digital o un “ayuno de dopamina”.
Es curioso, ¿no? Después de todo, ellos crecieron con celulares y redes sociales. Pero no los aceptan acríticamente. No son usuarios pasivos, saben lo que quieren. Y también saben esto: existir en internet significa compartir datos. Qué comprás, qué mirás, quién sos.
Ante este panorama, algunos jóvenes se desconectan y vuelven al ladrillo Nokia. Otros aceptan la realidad de internet, pero ponen límites o al menos entienden a qué se exponen.
Un estudio de Oliver Wyman Forum arroja resultados interesantes. Por un lado, la privacidad aparece como un tema clave para la generación Z. Sin embargo, el 88% de los encuestados se mostró dispuesto a compartir datos personales en las redes sociales, más que los millennials o los boomers.
¿Una paradoja? No exactamente.
Lo que sucede es que los jóvenes entienden sus datos personales como moneda de cambio. Es una transacción: yo comparto datos para mejorar el servicio que recibo. Y si el servicio no es bueno, actúo en consecuencia.
Según un informe de Cisco, los usuarios más jóvenes son los más preocupados por sus datos personales, los más propensos a cambiar de proveedor de telefonía móvil y quienes más a menudo borran sus datos.
Para nuestras empresas, es importante tener esto en cuenta. Porque es en las redes donde vamos a interactuar con nuestros futuros clientes, consumidores y talento interno. Y por eso necesitamos saber cómo las nuevas generaciones se mueven en la economía de datos: yendo al refugio de lo analógico o volviéndose expertos en privacidad.
Porque donde sea que vayan, ahí los vamos a tener que encontrar: a mitad de camino.