Cuando ya no tienes un negocio, pero todavía no te diste cuenta
Tu negocio está en riesgo. El verdadero desafío no es solo adoptar la IA, sino integrarla en tu estrategia. Te mostramos cómo liderar la transformación y cómo la experiencia humana es el factor clave para diferenciarte.
La luz del sol demora 8 minutos y 20 segundos en llegar a la Tierra.
Sin ella, no habría vida en nuestro planeta. Ni plantas ni animales. Nada de nada, solo un gran terreno baldío.
Imaginemos, por un momento, lo que pasaría si el sol dejara de brillar. Significaría nuestra extinción, pero no nos daríamos cuenta inmediatamente. Durante 8 minutos y 20 segundos, la vida seguiría como siempre. Hasta que ya sea demasiado tarde para actuar.
Esta es la situación que hoy enfrentan muchas organizaciones.
La inteligencia artificial los dejará en bancarrota. Están a punto de apagarse las luces de sus oficinas. Pero siguen operando como si nada hubiera cambiado, cuando ya todo cambió.
Tenemos que despertarnos e ir hacia la luz antes de quedarnos a oscuras.
La realidad de la IA
Basta de bombos y platillos. Hablemos de IA con franqueza.
La IA no está llegando: ya está con nosotros, reformulando cómo y por qué trabajamos. Todas las industrias se están adaptando, incluso la tuya.
Algunos ejemplos:
Salud: La AI puede interpretar señales cerebrales y convertir pensamientos en palabras, sin implantes o chips.
Finanzas: El comercio algorítmico se desarrolla a una velocidad y escala que superan las capacidades humanas. La IA puede tomar decisiones en poco tiempo y a partir de una cantidad colosal de información.
Industria: Los agentes de IA, el aprendizaje automático y las grandes bases de datos hacen posible cadenas de producción automáticas, que operan casi sin supervisión humana.
Entretenimiento: ¿No encuentras un dibujo animado para ver en Netflix? Haz tu propio show. Describe lo que quieres ver y se manifestará en tu televisor.
Esto es apenas el comienzo.
Si no estás prestando atención, pronto no tendrás un negocio.
Esperando lo mejor y aguardando lo peor
La IA puede ser un sueño o una pesadilla.
O como dijo Mo Gawdat, ex-Chief Business Officer de Google X: la IA puede llevarnos hacia una utopía de abundancia o hacia una distopía de desigualdad económica. Quizás debamos atravesar una etapa para llegar a la otra.
Como sea, la elección es nuestra.
Debemos aprovechar el potencial de la IA sin ignorar los riesgos. Porque detrás de cada avance tecnológico, siempre hay consecuencias imprevistas. Es la sombra del progreso:
La internet contiene todo el conocimiento humano, pero nos hunde en un mar de desinformación.
Las redes sociales nos conectan, pero también nos encierran en nuestros hogares.
Los teléfonos móviles nos dan libertad, pero nos interrumpen con un sinfín de notificaciones.
La IA no es la excepción a la regla.
En teoría, nos iba a dar más tiempo libre. Y sin embargo, algunas startups de IA hoy están exigiendo que sus empleados trabajen 12 horas al día, 6 días a la semana.
Así que el futuro siempre es incierto. Podemos prepararnos para mañana, pero debemos ponernos en marcha hoy mismo.
Lo que los líderes están ignorando
El verdadero desafío no es adoptar la IA sino integrarla a tu negocio de manera útil y medible.
Tus empleados ya están usando herramientas de IA a través de cuentas privadas. Tu departamento de tecnología informática quizás no lo sepa, pero ya está sucediendo. No lo dudes.
Sin embargo, este uso discrecional, superficial y aleatorio de la IA no generará un impacto real en tu negocio.
Tienes que tomar las riendas:
Rediseña tu forma de trabajo alrededor de la IA. No basta con hacer lo que hacías antes pero más rápido. La transformación debe ser profunda.
Olvídate de los chatbots genéricos. Prioriza herramientas avanzadas —como los agentes de IA— que puedan recordar información y mejorar su rendimiento a lo largo del tiempo.
Invierte en herramientas de IA pensadas para tu negocio. Trabaja con proveedores que pueden construir herramientas a medida y perfeccionarlas durante meses o incluso años.
Planifica a largo plazo. El objetivo no es escribir correos electrónicos más rápidamente. Cualquiera puede hacer eso. Tienes que repensar cómo funciona tu negocio.
En fin, no puedes simplemente sumar nuevas tecnologías y esperar que todo salga bien.
Debes hacer un esfuerzo extra. Y esto implica pensar en las personas que tienes a tu lado y en el valor de lo humano en tiempos de IA.
Inteligencia contra experiencia
En una economía regulada por la IA, la inteligencia computacional será una mercancía más: útil, pero común.
Para destacarse, las organizaciones deberán cultivar algo mucho más valioso: la experiencia humana.
Y no hablo de lo que figura en el currículum. Hablo de quiénes somos, de lo que hemos visto y hecho, de nuestras creencias profundas. Hablo de vivencias, no de conocimiento académico.
Porque es la experiencia humana la que nos permite inspirar a los demás, y la que construye conexiones e influencia social.
Como dije en una conversación con la neuróloga Lorena Llobenes, la verdadera ventaja humana es nuestra capacidad de conectar, empatizar con los demás y aprovechar nuestra experiencia de vida. Esto es algo que la IA no puede replicar.
Lo que diferenciará a tu negocio es este factor humano.
De ahora en más, los mejores líderes no serán los mejores administradores. La IA se ocupará de lo administrativo. En cambio, los mejores líderes serán los que pueden ampliar la experiencia humana en un mundo de inteligencia computacional.
Mientras más aceptemos lo que tenemos en común y celebremos nuestras diferencias, más confianza y amor habrá entre nosotros.
Porque solo el amor humano es real. Y es más valioso que cualquier modelo de lenguaje.
Con amor humano,
Juanca